Yoga
El Yoga se presenta como un juego en el que van a divertirse, conectar con su cuerpo y explorarse a sí mismos. Un espacio donde relajarse es fundamental para conocer aún más sus emociones. Aprender a respirar, realizar diferentes ejercicios con el cuerpo y la mente, mantener pensamientos positivos…, forman parte de una mejora en el crecimiento del alumno. Se estimulan las inteligencias múltiples que el niño posee, y se les brinda una oportunidad diferente para expresar emociones, creatividad y sensibilidad.
La ley de Educación Nacional tiene como fines y objetivos garantizar una educación integral que desarrolle todas las dimensiones de la persona, estableciendo que se deberá brindar a través de las instituciones educativas, también una formación corporal, motriz y deportiva que favorezca el desarrollo armónico de todos los educandos, para asegurar rápidamente su inserción activa en la sociedad.
Encuadra dentro del proyecto de nuestra escuela, donde los procesos de innovación y experiencia educativa, incorporando el Taller de Yoga, lograremos el desarrollo de estrategias de meta cognición o más fácil es decir, auto-conocimiento, auto-conciencia, auto-imagen, así como lograr desarrollar mejores niveles de atención y concentración y también un esquema corporal adecuado.
Cada vez son más los casos de trastornos de atención, dificultades en las conductas de niños y adolescentes, problemas en el aprendizaje escolar, estrés, dolores de espalda y demás dolencias y problemáticas vinculadas con el ritmo de vida que estos tiempos nos impone.
Sabemos que la práctica del Yoga puede ayudar en todos estos aspectos, en mayor o menor grado, porque nos hace prestar atención a nuestro propio cuerpo, sentirlo, conocerlo mejor, saber cómo está, y conocer sus limitaciones.
El Yoga no es sólo la práctica de una serie de posturas, es una disciplina centrada en mejorar la salud de la persona en su totalidad.
Es de conocimiento de la mayoría que las posturas ayudan a conocer el cuerpo, perfeccionar la psicomotricidad fina y gruesa, las técnicas de respiración y nos ayudarían a canalizar las emociones desde pequeños.
En general, todas estas actividades generan un equilibrio entre los dos hemisferios cerebrales activando la inteligencia emocional.
Nuestros niños y adolescentes están saturados de estímulos e información, lo cual dispersa muchas veces su atención en diferentes direcciones, en definitiva, el Yoga los ayuda a lidiar con el estrés al que se ven sometidos y a mejorar en el proceso enseñanza y aprendizaje, se incrementa el poder de la memoria y aprenden de manera más eficiente, entre muchos otros beneficios.
El taller de yoga les brinda a nuestros alumnos unas valiosas herramientas y técnicas que aplicamos de manera lúdica y creativa. Permite entrar en contacto con nuestro propio niño/ a y acompañar el proceso de aprendizaje y emocional de nuestros alumnos.
Mejorar el clima de aprendizaje es uno de nuestros mayores objetivos entre los múltiples beneficios concretos que genera el yoga en nuestra aula, hay 3 que se destacan:
1. Facilita el equilibrio entre cuerpo y alma, ya que al aumentar el trabajo respiratorio ocurre una mayor oxigenación que beneficia a todos los sistemas corporales, y la menta está más preparada para el aprendizaje.
2. Promueve el desarrollo de la autodisciplina, porque al estar más conscientes de nuestros pensamientos y acciones, se puede controlar las conductas, ser más perseverantes y tolerantes a la frustración.
3. Aumenta la autoconfianza y construye una autoimagen positiva. Para practicar yoga no es necesario ser flexible, delgado o deportista, ya que es una práctica inclusiva, que acepta y valora las cualidades de cada uno más allá de lo físico.
Su práctica también fue reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su Estrategia sobre medicina tradicional 2014-2023 como una disciplina que es comúnmente practicada para el bienestar psicofísico.
Por último, es muy válido destacar que el Yoga es apropiado para todos, no importa la edad o el estado físico. Es independiente de las creencias de cada persona, porque no es un dogma o una religión.