Ajedrez
¿Por qué la inserción del AJEDREZ en nuestra Propuesta Educativa?
La enseñanza sistemática del Ajedrez, comparte con la escuela el propósito del desarrollo del pensamiento, la enseñanza de valores y de facilitar hábitos virtuosos.
En el transcurso de una partida de Ajedrez, así como en la resolución de problemas, discurre una forma de pensamiento organizado, semejante al discurso científico. Mientras juega una partida, el ajedrecista observa, compara, clasifica, organiza ideas, hace hipótesis sobre aquello que investiga, luego analiza, ensaya, sintetiza, toma decisiones y las ejecuta.
Podemos definir la Matemática como una permanente búsqueda de nuevas respuestas ante los diferentes problemas que provienen de sí misma, de la realidad y de su interrelación con otras ciencias. El juego es el vehículo, la vía de adquisición más natural para llegar a esos conocimientos y es justamente el razonamiento algo inherente al quehacer ajedrecístico: la analogía, relación causal, comparación y clasificación.
Desde un plano psicológico específico, en la práctica ajedrecística intervienen la atención, la memoria, la planificación, organización, la abstracción y el desarrollo de las funciones ejecutivas en general. Asimismo, el desarrollo de una mayor tolerancia a la frustración y del deseo de superación mediante el conocimiento.
Desde el aspecto social, suscita las relaciones de grupo. Y, como otros deportes reglados, combina la espontaneidad del juego con el cumplimiento de las normas que comporta.
La puesta en marcha de todos y cada uno de estos procesos, actúa, en mayor o menor grado en la modificación de nuestro modo se ser y hacer solo y con otro.
Hemos notado una importante mejora en matemática por parte de quienes participaban del taller de ajedrez, y por tal motivo lo incorporamos en el horario curricular del nivel Primario.
Convencidos de lo antedicho, no sólo con fundamento teórico, sino práctico, sumamos el AJEDREZ a nuestra Propuesta Educativa.